Jorge Newbery se asemeja a un dínamo de contradicciones: en el joven estudiante tenaz y concentrado se perfila ya el dandy que no teme despilfarrar su tiempo como árbitro de la moda; en el positivista metódico se oculta el personaje violento, profundamente supersticioso; en el frecuentador de fiestas y saraos aristocráticos habita el funcionario público honesto y probo, cuyos ideales lo acercaron a Alfredo Palacios, primer diputado socialista en América; en el deportista completo y multifacético se hospeda el peleador callejero, ganador de más de una riña sin reglas; en el hombre que hacía de la amistad un culto vive también el individuo envidioso hasta la deslealtad y el marido impaciente, cuya vida conyugal no llegó a cumplir tres años.
Ciudadano y caballero de una sociedad cuyo apogeo él contribuyó a crear, Jorge Newbery se impone con gallardía como emblema de una época. Cierto es que en esa época -próspera y avasallante- se caracteriza también por su capacidad para guardar secretos. El hombre para el que el coraje era una tentación permanente dispersa en diversas intrigas y situaciones las claves de su enigma.
Danilo Albero Vergara inventa una época para crear las condiciones de vida de un personaje inolvidable. Contada con una verosimilitud que parece apoderarse de cada aliento del hombre y de cada sugerencia y artificio del mito, la vida de Jorge Newbery desfila en esta novela con la minuciosidad y la precipitación que una biografía exige. Una biografía espléndida, literaria, atenta por completo a la exactitud de ciertos datos, pero libre para armar con ellos una trama narrativa absolutamente apasionante.
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